5 dic 2015

Secretos de una obsesión: La remake yanqui con menos potencia

* * *     BUENA

Comencemos respondiendo algunas preguntas que se hacen todos los espectadores argentinos: ¿Es buena esta versión yanqui de "El secreto de sus ojos"? Es entretenida, pero no es algo memorable para nada. ¿Es parecida a la versión de Juan José Campanella? Sí, salvo por algunos cambios de roles en los personajes, la esencia de la historia es la misma. Claro que le faltan dos elementos muy importantes desde mi punto de vista. En primer lugar creo que le falta la mística, el alma que se puso en la producción original argentina. Los personajes de Campanella son mucho más complejos, más atractivos. En segundo lugar, no tiene el impacto que tuvo la primera versión. La poesía, las imágenes fuertes y el final que tuvo "El secreto de sus ojos" nos impactaron mucho en su momento. Acá ese efecto sorpresa se pierde.
Creo que alguien que no haya visto la película argentina probablemente disfrutará más de esta remake estadounidense que alguien que sí pudo ver la primera.
A nivel interpretativo creo que los actores hacen un buen trabajo, pero les falta potencia. Chiwetel Ejiofor ("12 años de esclavitud") está bien como el equivalente de Ricardo Darín, pero le falta polenta, le falta esa personalidad filosa y obsesiva del personaje que compuso el argentino. Nicole Kidman ("Los otros") en lugar de Soledad Villamil está correcta y Julia Roberts ("Mujer Bonita") como Guillermo Francella y Pablo Rago juntos, se queda corta. Desde que sucede el acontecimiento principal, en lugar de llenarse de venganza parece llenarse sólo de depresión, y eso no es lo que se pretendía con el personaje de Rago en la versión de Campanella.
El director Billy Ray ("Breach", "Shattered Glass") hace un trabajo correcto, que no viola lo realizado por nuestro equivalente argentino, pero que tampoco logra captar la esencia de la historia. Desde los histórico incluso pierde fuerza, ya que en la original se sitúan los hechos en los comienzos de la dictadura militar mientras que en el versión estadounidense la mano militar es suplantada por la CIA, algo que ya resulta cliché en el cine.
Una película entretenida para ver la visión del país del norte sobre una historia made in Argentina. Si nos la pasamos comparando, no la vamos a poder disfrutar demasiado (aunque esto resulta casi inevitable). Para los que no vieron la versión argentina, probablemente les parezca una peli buena que los mantendrá interesados aunque seguramente a las semana ya hayan olvidado la trama.



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