26 oct 2015

Dos días, una noche: La fuerza de la constancia y la miseria

* * * *  MUY BUENA

Pocas cintas me impactan desde el inicio como lo hizo esta propuesta europea. Y hay una sencilla razón: uno se siente atravesado por una realidad que se plasma en la ficción pero que se arraiga en una realidad tan actual. "Deux jours, une nuit" es una coproducción francesa, italiana y belga que cuenta con la brillante actuación de la oscarizada Marion Cotillard ("La vida en rosa"), su máximo bastión, que se apoya en una historia potente pero sencilla. La trama se enmarca en una realidad social y económica dura, en donde nadie llega a fin de mes y cada peso extra vale mucho.
En ese contexto, Sandra, quien se encuentra de licencia por haber padecido una enfermedad psiquiátrica, se entera de que ha perdido su trabajo gracias a que sus compañeros de trabajo han sido obligados a elegir entre conservar su fuente laboral o percibir una bonificación extraordinaria. Con la ayuda de su marido, durante un fin de semana deberá visitar a cada uno de sus compañeros de trabajo y convencerlos de que renuncien a su bonificación para que ella no pierda su trabajo.
No por nada, Marion Cotillard aspiró a un Oscar en 2015 por esta interpretación. Sentida, intimista y penetrante, Cotillard deja toda su pericia a la hora de construir un personaje que, desde su inseguridad y su falta de fe, debe reunir las fuerzas necesarias para dar lucha a la injusticia y al atropello motivado por la violencia laboral y económica. Lleva a buen puerto a esa mujer atormentada por la falta de trabajo, ahogada en su problema interno y comprometida por el bienestar de su familia. En definitiva, la película funciona porque Marion funciona en el papel y eso es una verdad que nadie se atrevería a discutir. Hay una relación casi simbiótica en esto, ya que actuación e historia se funden, se ensalzan y se potencian entre sí. 
Pero existe un elemento en la trama que a mi particularmente me conmovió y colabora siendo un excelente contrapeso que rivaliza con todo lo que Sandra implica en la historia. Se trata de las diferentes reacciones de los compañeros de la protagonista cuando les propone renunciar a sus beneficios para que ella conserve su puesto de trabajo. Algunos se solidarizan, otros sienten remordimiento, otros se ponen violentos, otros intentan mediar, otros materialmente no pueden renunciar al beneficio, otros no quieren, otros se muestran indiferentes, otros se la juegan. La cinta transcurre sobre esa multiplicidad de reacciones frente a una súplica desesperada de alguien que se resiste a perder lo que tiene. Esa faceta de la historia ha sido muy bien trabajada por los directores Jean-Pierre y Luc Dardenne, quienes logran destellar ese elemento humano que tan necesario resulta para que el espectador se compenetre y se convenza de lo que está viendo.
¿Hasta qué punto somos capaces de renunciar a algo propio para lograr el bienestar ajeno? Esta propuesta cinematográfica trata de graficar las consecuencias de una crisis que ataca por todos los frentes y los modos en que las diferentes personas se posicionan ante ella. Invita a pensar y reflexionar y lo cierto es que los dilemas morales se exteriorizan. No dejen de verla.

Crítica realizado por Leonardo Arce.


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