15 oct 2014

Alexander y un día terrible, horrible, malo... ¡muy malo!: Y que la mala suerte esté “siempre” de tu lado.

* *     REGULAR

Cuando Disney anuncia el estreno de una comedia, las esperanzas de que ofrezca un producto que rompa sus esquemas preconcebidos se renuevan. Desde hace décadas, Disney viene usando moldes uniformes a la hora de abordar la diversión para toda la familia, moldes aceitados, puestos a prueba y acentuados a más no poder. “Alexander y un día terrible...” es una comedia más de esta factoría, que responde a la receta “rosa” del ratoncito Mickey: comedia liviana apta para todo público, con moralejas acerca de los valores familiares y con el afán de enrostrar la imagen de familia perfecta que enfrenta dificultades pero que se mantiene unida. Lejos de proponer algo nuevo y distinto a lo que nos viene dando.

Esta comedia sigue a Alexander, un niño de 11 años, quien vive el peor día de su vida, mientras que los restantes miembros de su familia pasan por momentos grandiosos. Pero el día de su cumpleaños, desea que sus padres y hermanos vivan un día lleno de calamidades, para que sientan en carne propia lo que él siente. Y ese sueño se hace realidad, siendo el disparador de un conglomerado de situaciones que aspiran a ser desastrosas, atípicas y graciosas. La mala suerte se da vuelta.
Hasta aquí las intenciones del libreto son más que válidas porque ofrecen el terreno propicio para el desarrollo de eventos descabellados. Algunos ocurren y son, hasta en cierto punto, un tanto amables. Pero el problema está en que todas las situaciones son tan independientes entre sí que resulta difícil hacer una conexión entre ellas para lograr una trama medianamente homogénea.
Jennifer Garner y Steve Carell interpretan a los padres de Alexander. Hacen una buena dupla, pero intentan sostener con mucho esfuerzo las incongruencias de la historia. Pero es un gesto que se valora. El trabajo del elenco infantil/juvenil cumple bien su trabajo, pero nada más. Todos se muestran como el prototipo de familia perfecta: padres ocupados y comprometidos, adolescentes típicos y niños atribulados. Cuando se envuelven en ese terrible día, intentan convencernos de que el poder de la unidad familiar puede sortear cualquier obstáculo y puede revertir esa mala suerte que viven. Buen mensaje; bien trillado. ¿A dónde queda la autodeterminación personal? ¿Qué lugar ocupan los desafíos diarios que la vida “real” ofrece? ¿Qué pretende implantar la moraleja de esta película? Para pensar en la imposición de ciertos patrones familiares.
En resumen, a esta cinta no hay que exigirle demasiado. Cumple con el objetivo general previsto por Disney, que es entretener a la familia. La productora así lo quiso, así lo quiere y, haciendo proyecciones a futuro, así lo seguirá queriendo. Cuando decida de una vez por todas salirse de las encorsetadas recetas, estaremos ante una evolución que podrá (o no) ser del agrado del público, pero que seguramente será bienvenida. Porque quien arriesga, no gana. Y ya va siendo hora que Disney, en materia de comedia, comience a desafiar sus propios límites y correr ciertos riesgos para cortejar a un éxito mas monumental del que ha adquirido hasta la fecha. Es mi deseo.

Crítica realizada por Leo Arce.


No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...