10 nov 2015

Cuentos de Halloween: Se olvidó el terror en casa

*         MALA

Diez historias con un denominador común: transcurren en una noche de Halloween. Esa es la premisa que se desarrolla en estos "Cuentos de Halloween", los cuales tienen sangre e intestinos por doquier, monstruos y demonios, niños poseídos, extraterrestres (¿?) y calabazas asesinas, todos elementos creando situaciones violentas en Noche de Brujas. Y me pregunto con total honestidad: ¿cómo puede ser que un productor tenga la cintura suficiente para financiar ésto que supera lo desastroso y bizarro?
Sencillamente estas propuestas no deberían existir por diversos motivos que pasaré a comentar.
En primer lugar, se advierte cierto desdén por la trama; por las historias que se quieren plasmar. Son básicas, rudimentarias, insulsas, aburridas, fugaces.
Incluso podría perdonarles el uso de recursos clásicos del género del terror si asumieran la responsabilidad de proveer algo digno de ver. Este descuido desde lo argumental se repite en los diez cortometrajes: ninguno supera la barrera de lo aceptable ni tampoco se observan líneas que permitan una cohesión entre ellas para ofrecer un producto con forma. El trabajo de edición tampoco ha contribuido a eso, sino que por el contrario, subrayaba cierta independencia, aun cuando la última historia aspiraba a lograr esa unidad cinematográfica.
En segundo lugar, adolece de actuaciones terriblemente malas. No zafa ninguno. Tanto las víctimas como los victimarios no resisten análisis. Bizarro es poco; y estoy ofendiendo a lo verdaderamente bizarro. Aunque algo es cierto: si la historia es un desastre, las actuaciones también lo serán por consecuencia lógica.
En tercer lugar, cuenta con una producción floja. El diseño de maquillaje para los monstruos es muy malo. En ningún momento inspiran miedo; sólo uno se da cuenta del poco presupuesto (o importancia) dado para esos diseños. Lo mismo pasa con el diseño de producción y vestuario: sacado de una casa de alquiler de disfraces y de cotillones. Incluso el corto en el que aparece un extraterrestre es un bochorno: fue desarrollado mediante animación, pero de muy mala calidad (el diseñador debió ser un niño de 2 años).
Llegué a imaginarme que los productores hicieron todo este montaje a propósito, siendo la sencillez en la historia, en la producción y en las actuaciones el vehículo para lograr este efecto que tanto me ha molestado, en la creencia de que podían generar un terror más licuado y aceptado para todo tipo de público. Pero creo que no fue así; que pretendieron jugar un poco con el género, llevándola al subsuelo de su potencial para reírse en la cara de cada espectador que pagó ingenuamente una entrada para verla. Si ésto no es mala fe, que alguien me lo diga.
Y todo no termina ahí: una voz en off al final de la cinta presagiaba mi temor más grande: futuras entregas. Sólo ruego que los productores toquen sus corazones y desistan de tal infamia. En fin, con pocas esperanzas esperaré que eso no se convierta en realidad. Mientras tanto, puedo concluir que no recomiendo esta película, ni siquiera para cuando tengan ganas de perder el tiempo.

Crítica realizada por Leonardo Arce.

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