28 jun 2013

Bárbara: Retrato de un tiempo difícil

* * * *  MUY BUENA


El cine europeo tiene ese “que se yo”. Goza de una particular forma de desarrollar historias, de modos intimistas de abordaje y de actuaciones poderosas y sinceras. “Bárbara” es un nuevo exponente que logra cocinar en su justa medida esas tres variables. El director y guionista Christian Petzold, ganador del Oso de Plata como Mejor Director en el último Festival de Cine de Berlín, nos regala una serie de pinceladas de un tiempo pasado: la Guerra Fría y el comunismo, la cortina de hierro y la Alemania dividida en dos tras la Segunda Guerra Mundial. En este marco referencial témporo-espacial, emana el personaje de Bárbara, la protagonista de esta historia.
La trama se ubica a finales de la década de 1970. Bárbara (Nina Hoss) es una enigmática doctora que estuvo presa en Berlín Occidental y que, tras ser liberada, es reubicada en una provincia alemana oriental para prestar servicios en el hospital de un desolado pueblo. La protagonista comienza a trabajar de manera dedicada, peleando con sus propios miedos, sometida a constantes requisas por parte de la policía y ocupándose de una joven embarazada prisionera y de un joven que intentó suicidarse. La adaptación a este nuevo lugar se ve facilitada por la ayuda de André (Ronald Zehrfeld), jefe de médicos del hospital, con quien va forjando un fuerte lazo aun cuando ella mantiene una relación sentimental con otro. El dilema que se le plantea a Bárbara transcurre entre la libertad que le promete su novio (quien planea una huida de Alemania) y las posibilidades de crecimiento profesional que le ofrece su jefe. Es aquí en donde la médica debe decidir su futuro.
Con un guión muy bien construido, que plantea una trama principal de la que se desprenden dos secundarias, la historia se va expandiendo de manera lenta y pausada, sin que ello desmerezca su potencialidad y belleza. Las sub-tramas realzan, por momentos, aspectos psicológicos de la protagonista que busca reprimir u ocultar: su humildad, compromiso y ternura. Por ello, estas vetas en la historia principal son hebras jugosas y muy bien utilizadas, que le dan la forma final a la madeja.
Hay algo para resaltar. Son pocos los guiones que permiten que los “huecos” que presentan puedan ser tapados por el propio espectador, a través de unos pocos datos. Ese interesante juego de “libre interpretación” es el que esta película propone si se pretende descubrir el oculto pasado de la protagonista, cuya construcción estuvo a cargo de la premiada actriz Nina Hoss, quien supo rodear a Bárbara de un halo de misterio, dureza, miedo y arrogancia, todos elementos entremezclados a la perfección. De allí la denominación de esta película, pues Bárbara es el centro y el norte hacia donde se dirige la trama.
Una historia fortalecida y muy bien apuntalada por sólidas actuaciones, que pretende reflejar la sociedad y la política alemana en los años previos a la caída del Muro de Berlín. Una historia sostenida por muy buenos recursos técnicos, entre los que se destaca la excelente fotografía que se encargó de presentar la desolación del lugar donde transcurre la trama. Una historia que cierra de principio a fin, sin fisuras algunas que impidan pasar un momento de buen cine. Del buen cine que tanta falta hace.

Crítica realizada por Leonardo Arce



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