18 jul 2015

Ciudades de papel: Otra para adolescentes

* *    REGULAR


Parece que las novelas de John Green se han transformado en una fábrica de películas destinadas al público adolescente. En 2014 vimos "Bajo la misma estrella". Como el producto funcionó en términos comerciales, buscaron hacer otra adaptación de su obra. Esta vez le tocó a "Ciudades de Papel".
La película transcurre bajo la perspectiva de Quentin (Nat Wolff), un joven que está enamorado de Margo (Cara Delevingne) desde el día en que se mudó frente a su casa. De niños fueron grandes amigos pero a medida que fueron creciendo, el vínculo se fue deteriorando. Cuando transcurría el último año de secundaria, Margo le propone a Quentin una noche de venganza: su novio y su mejor amiga la habían engañado.

Al día siguiente, Margo desaparece, pero Quentin sospecha de que lo hizo a propósito, que está escondida y que ha dejado pistas para ser ubicada. Por eso, junto a sus amigos Ben y Radar, intentará encontrarla.
Ya de por si las películas con adolescentes como protagonistas no despiertan en mí ni el más mínimo interés y "Ciudades de Papel" no me ofreció una veta diferente que me permitiera cambiar de opinión. Se nota que existió la intención de dotar la trama de profundidad, de pretender salir del esquema de adolescente rebelde en plena etapa de desarrollo, con sus cambios hormonales y sus conflictos por la popularidad. Pero muchas veces con una mera intención no se logra demasiado. Incluso el recurso de la voz en off que plasma la mirada del protagonista masculino, tampoco termina siendo efectivo. Podría estar ausente y no variar el resultado.
Hay ciertas inconsistencias en el montaje de la película, coexistiendo diversos ritmos sin mantener uno de forma coherente. La primera parte va a un ritmo acelerado pero justificado para luego bajar el acelerador y darle una lentitud poco soportable.
Los actores han estado correctos, sin que ninguno logre brillar por sobre otro. Incluso la inexpresiva modelo británica termina proporcionando una actuación aceptable (demás está decir que algunos aspectos del personaje no distan demasiado de su persona). Pero los protagonistas no logran, ni siquiera por breves instantes, una conexión entre sí; ese “algo” que a veces produce una pareja de adolescentes al frente de la pantalla.
Plagada de líneas que aspiraban a ser reflexiones filosóficas acerca de la vida, las apariencias y los cambios, con frases prefabricadas y carentes de contenido, la película intenta aportar una profundidad que no logra, Es más, tampoco se la puede reducir a lo meramente superficial. Como dije, las intenciones han estado...
El fin de la adolescencia y el comienzo de la adultez es un camino que mejores muestras de cine han sabido recorrer con facilidad. Aún cuando sean pocos los aspectos que puedo rescatar de esta cinta, hay un toque de comedia que resultó fácil de sobrellevar. Debo reconocer que esas escenas pueden llegar a divertir. En definitiva, como producto cinematográfico deja mucho que desear, pero como producto comercial destinado a adolescentes, está bien. Al menos, creo que ellos van a saber apreciarlo para luego entrar a la librería y adquirir la novela.


Crítica realizada por Leo Arce.



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