8 jul 2013

El Llanero Solitario: Bajo la sombra de Jack Sparrow

* * *     BUENA


Oír que el tríptico compuesto por Johnny Depp (actor), Gore Verbinski (director) y Jerry Bruckheimer (productor) se reunía bajo la sombra de "El Llanero Solitario", daba aroma a inicio de una nueva franquicia. Ellos se vieron por última vez en “Piratas del Caribe: En el Fin del Mundo” (2007), última película de la saga de Disney que estuvo a cargo de Verbinski. No había duda alguna de que ese tríptico enlazado a la adaptación del héroe enmascarado del Lejano Oeste, estaba destinado al éxito, tal como sucedió con las aventuras de Jack Sparrow en su Perla Negra junto al grupo de desopilantes y valientes piratas que iniciaron en 2003. Pero estamos en 2013 y la buena estrella no fue la misma en esta oportunidad.
Interpretando los conceptos básicos de la famosa serie de aventuras, la historia nos presenta a John Reid (Armie Hammer), novel e idealista abogado quien regresa a Colby, Texas, con la firme convicción de que la justicia era el único camino a seguir en la lucha contra los forajidos. Tras la muerte de su hermano, un Ranger de Texas, en manos del despiadado villano Butch Cavendish (William Fichtner), Reid se encuentra con Toro (Johnny Depp), un nativo en busca de dos hombres que causaron la extinción de su pueblo. El destino los une en la búsqueda de justicia y hace que Toro transforme a Reid en “El Llanero Solitario”, montado sobre los cuartos traseros de Silver, su semental blanco. Juntos protagonizarán un entramado de aventuras, en donde deberán cuestionar la idea de justicia y enfrentarse a la ambición y la codicia de forajidos que pretenden obtener el poder con la expansión de la red ferroviaria por todo el Lejano Oeste.
La historia adolece de muchos defectos. En especial, porque la trama busca oscilar entre el misterio, la comedia, el romance y la acción, sin que ninguno de esos elementos sean desarrollados. El mix de ellos no se hace agradable; y mucho menos, entendible. Por eso, los pases cómicos quedan descolocados en el marco en que son puestos. Y ni hablar de la historia de amor entre Reid y Rebecca (Ruth Wilson), que casi fue destinada a los confines del olvido.
Armie Hammer (Red Social) hace un desempeño justo y necesario, en tanto que Johnny Deep parece que no logra desprenderse de su formidable Jack Sparrow. Toro termina siendo una reestructuración de su pirata porque los excesos actorales cada vez se acentúan más. De esta manera, la dupla protagónica no adquiere una química necesaria para una continuidad entretenida y fructífera de la historia. El reparto también se completa con la participación de Tom Wilkinson, como uno de los antagonistas, y Helena Bonham Carter, quien hace un papel de poca trascendencia que se torna perfectamente prescindible.
Sólo los últimos minutos de la cinta son rescatables. La escena de persecución del tren de “El Llanero…”, sonando como fondo musical la pegadiza melodía que lo caracterizó, transportan a la niñez a aquellos mayorcitos que disfrutaron de la serie televisiva en blanco y negro, allá lejos y hace tiempo. Es allí donde se le hace justicia al antiguo héroe y se trata de compensar los bajones que produce la trama en general.
Para pasar un buen rato, no hay dudas de que es recomendable. Pero como inicio de una eventual nueva franquicia, creo que se quedaron en la mitad de las vías ferroviarias del Lejano Oeste.

Crítica realizada por Leonardo Arce


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