* * * BUENA
Spike Lee golpea de nuevo con una comedia con toques policiales que por supuesto, hace hincapié en el ADN racista que aún persiste en Estados Unidos y el resto del mundo occidental. Personalmente creo que es importante que se sigan produciendo films políticos que pongan de manifiesto que todavía existe racismo en nuestro planeta, y Spike Lee es uno de esos directores que incansablemente se pone la carga al hombro, y por eso le debemos respeto. Lo que no me copa tanto de los trabajos de Lee, sobre todo los últimos, es que baja mucha línea de manera personal y con un mensaje muy poco flexible para el espectador. Es decir, no deja demasiado espacio para que la persona que está viendo la película pueda hacer una deconstrucción más personal.