13 nov 2013

El Mayordomo: Una mirada sobre el racismo y los derechos civiles

* * *     BUENA

El aclamado director de “Precious” (2009), Lee Daniels, nos propone una cinta que cuenta la historia sobre las barreras impuestas por la discriminación y el odio racial en Estados Unidos, el despertar de la conciencia por parte de los oprimidos a través de la lucha por las conquistas civiles y la mirada de alguien quien fue preparado para exclusivamente servir. Buena parte de la historia  norteamericana pasa por las manos de Daniels, quien nos ofrece un producto con imágenes de archivo pero con ciertas falencias desde lo argumental.
Cecil Gaines (Forrest Whitaker), un mayordomo de la Casa Blanca que prestó sus servicios entre 1957 y 1986, a lo largo de varias administraciones presidenciales que tuvieron que afrontar los problemas generados por el racismo y la lucha de los derechos civiles de las minorías en Estados Unidos. Estas fricciones sociales rompieron ciertos esquemas del mismo modo en que Cecil los rompía con cada taza de café que sirve y un par de palabras que le dirige al presidente de turno.
El ganador del Oscar por “El último Rey de Escocia” (2006), Forrest Whitaker, compone un personaje que lo va explotando desde muy adentro, imprimiéndole un carácter tranquilo y dócil, pero con una extrema fortaleza. La Academia de Hollywood debería considerar esta interpretación. La famosa presentadora de la televisión norteamericana, Oprah Winfrey, brilla como Gloria, la esposa de Cecil, y quizás estemos ante una interpretación presente en los premios Oscar en la categoría de Mejor Actriz de Reparto. Completa un muy buen elenco las pequeñas intervenciones de Robin Williams y Alan Rickman (ambos como presidentes norteamericanos), sumadas a las de Cuba Gooding Jr., Terrence Howard, Lenny Kravitz y Mariah Carey, entre otros.
El modo en que esta película es presentada en la pantalla hizo que mi mente rememorara una perla del cine: me refiero a “Forrest Gump” (1994) de Robert Zemeckis. En esta multipremiada cinta, gran parte de la historia norteamericana del siglo XX se expone tangencialmente a través de la mirada y las vivencias de un personaje: Forrest. Lee Daniels parece optar por presentar el argumento de su obra de la misma manera en que lo hizo Zemeckis. Pero en “El Mayordomo”, esos hechos no son presentados exclusivamente desde la óptica de nuestro protagonista, sino también a través de la de su hijo; Louis, cuya vida se cuenta en un arco argumental secundario que, por momentos, se hace una línea principal. Al ser dos personajes antagónicos desde sus posiciones políticas, no se logra cierta armonía en esas miradas y, aún cuando el director opta por jugar con la contraposición de ópticas, tampoco enriquece la historia. El efecto “Forrest” se queda a mitad de camino, como si fuese una mera buena intención. Pese a ello, la historia racial está bien presentada.
Otro punto que merece mencionar consiste en las dificultades de Daniels para generar un ambiente emotivo. Muchas escenas podrían haberle robado alguna que otra lágrima al espectador. Pero esa magia no logra explotar y es una pena porque una lágrima levanta el espíritu de quien la ve, teniendo en cuenta de que se trata de una cinta que supera las dos horas de duración.
En los ´90, diríamos que “El Mayordomo” arrasaría en una noche de entrega de premios de la Academia, ya que tiene todos los elementos para hacerlo: un modo formal de para dirigir una cinta, aspectos técnicos y artísticos muy cuidados, poderosas actuaciones y un guión que relata la vida de una personaje contada con detalles de la historia norteamericana como contexto. No habría académico que se resista a votarla como Mejor Película. Hoy, las cosas han cambiado y difícilmente veremos a “El Mayordomo” ingresar entre las nueve/diez películas que aspiren a la máxima candidatura del Oscar. Aunque puede “manotear” un par de nominaciones. No dudo de ello.

Crítica realizada por Leonardo Arce.



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