28 may 2013

Masacre en Texas 3D: Incoherencia y secuela injusta

* *      REGULAR

Allá por 1974, el director y productor Tobe Hooper proponía una película de terror que se transformaría, a través del tiempo, en una joya clásica de este subgénero. Cuatro secuelas, una remake y una precuela vinieron para sucederla, pero sin resultados prósperos. En este 2013, la cada vez más productiva industria del remake hollywoodense, retoma los conceptos de aquel clásico e intenta presentarnos un proyecto con aspiraciones de secuela. Parece ser que el claro objetivo consistía en revisar la estructura del cine de terror para presentarlos a través de la nueva concepción del cine actual: el 3D. Pero, ¿por qué será que no me suena extraña la idea de que han fracasado una vez más en esa empresa? Será por la sencilla razón de que no le hace justicia a su predecesora.
Esta entrega parte de los hechos sucedidos en el filme de 1974. De una manera original, recoge algunas de sus escenas memorables y formula una presentación de créditos iniciales que atrapa. La historia comienza con la venganza promovida por los habitantes del pueblo de Newt (Texas) bajo el mando Burt Hartman en contra de la familia Sawyer, quien había ocultado los asesinatos perpetrados por Jeb Sawyer, conocido como “Cara de cuero” y famoso por el uso de la motosierra en sus hechos. Cuando todos creyeron que hasta el último miembro de la familia había muerto tras el incendio de la casa, uno de los habitantes del pueblo encuentra al bebé de los Sawyer. Junto a su esposa, la adopta como hija propia y la cría bajo el nombre de Heather. Veinte años después, ella descubre la verdad sobre su adopción, mientras que recibe una carta redactada por el abogado de su abuela biológica, comunicándole que era acreedora de la herencia de la familia: una mansión. Heather y un grupo de amigos emprenden el viaje hacia dicho lugar, en donde comenzarán a desatarse una serie de nuevos terrores cuando descubran que en esa mansión habita una persona de un terrible pasado.
La historia contiene los elementos más significativos que cualquier película de terror requiere: las lindas curvas de una joven promiscua, el chico musculoso, desapariciones misteriosas, mutilaciones por doquier, persecuciones permanentes, cadáveres colgados, etc., pero no realiza ningún aporte original que pretenda plantear el terror desde otra óptica. Si bien esa ausencia de originalidad puede ser dispensada, lo que sí resulta imperdonable es la previsibilidad de sus escenas, algunas por momentos demasiado graciosas, y la falta del ambiente necesario para producir miedo. El espectador queda inmutado como si viera una comedia liviana o un biopic aburrido.
Existen sub-tramas que se van enhebrando en la historia principal pero que son perfectamente prescindibles pues solo ayudan a remarcar la incoherencia que se despliega desde el principio al fin de la película. Un ejemplo es el desfasaje temporal: ¿a alguien se le ocurriría una trama que transcurre veinte años después de 1974; es decir, en 1994, y encontrar a un policía transmitir imágenes en vivo a través de un teléfono celular? La verdad es que no lo entiendo.
Con muchas fisuras, la historia solo transcurre en la pantalla y sólo produce decepción. No soy amante del género, pero solo pretendo que el cine de terror me produzca un leve salto de la butaca. Mis expectativas eran menores que las mínimas. Pero “Masacre en Texas” me dejó con esas ganas.

Crítica realizada por Leonardo Arce


1 comentario:

Anónimo dijo...

toda la razon y la verdad en los 90s au no existia ese tipo de tecnologia tan desarrollada mala pelicula

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