* * * * MUY BUENA
Antes de comenzar, debo confesarles que, de chico (y no tan chico), detestaba a los Muppets: me producían un aburrimiento colosal y aún me hacen recordar a esas tardes de domingo en las cuales la televisión sólo proponía su programa como entretenimiento infantil. Y yo, motivado por la ausencia de otras ofertas, los tenía que ver. Con esta idea preconcebida, me predispuse a ver esta segunda entrega, predecesora de la cinta que los relanzó allá por 2011 de la mano de Disney.
A medida que fueron transcurriendo los primeros minutos de la cinta, mis prejuicios fueron diluyéndose y me permití disfrutar de una cinta fresca, divertida, resuelta y plagada de ingenuidad, melodía y ternura. Con una introducción que seguramente sería envidia de cualquier producción de Broadway (un musical en el cual los muñecos protagonistas se enteran de la secuela fílmica), ofrece la apertura ideal para el inicio de una aventurera gira de los Muppets por los mejores escenarios de Europa. Con destellos musicales y cómicos, Berlín, Madrid, Dublin y Londres serán los lugares en los que los muñecos harán de las suyas, hasta que se encontrarán envueltos en una conspiración que tiene como objetivo el robo de las joyas de la corona inglesa. El cerebro de esa operación es la rana Constantine, un peligroso delincuente que resulta ser muy parecida a la rana René.
Ricky Gervais, Ty Burrell y Tina Fey son los actores de carne y hueso que acompañan las idas y venidas de los Muppets: interpretan a un representante artístico que resulta ser un delincuente, un miembro de la policía francesa y una guardia cárcel rusa. Pulgares arriba para los tres, quienes brillan en los musicales que encabezan. En este sentido, el apartado musical es brillante: una multiplicidad de canciones de lo más pegadizas, bien incorporadas en la trama y de los más variados ritmos. Destaco la intervención de Celine Dion en un dispar dúo con la cerdita Peggy en una preciosa balada y una canción interpretada por la rana René que parece extraída de “Grease”.
Una multiplicidad de cameos serán la sorpresa para muchos. Estrellas de la talla de Tom Hiddleston, Christoph Waltz, Salma Hayek, Lady Gaga, Frank Langella, Chloë Moretz, Evan Peters, Danny Trejo y Usher (entre muchos más) son un deleite y, aunque se trata de intervenciones pequeñas y casi imperceptibles, es de lo más placentero descubrirlas.
En una época signada por la animación digital y el formato 3D como fuentes del entretenimiento dirigido para el público infantil, es de celebrar que un heterogéneo grupo de marionetas sean las protagonistas de esta cinta, desprovista de toda técnica animada y apelando a una manipulación “clásica” que respeta el formato que los hizo famosos y perdurables en el tiempo. Una historia atractiva en la que los Muppets se ríen de sí mismos y una banda sonora efectiva es la fórmula que asegura diversión y entretenimiento de lo más grato. Fue una linda sorpresa; fue una buena manera de recordar mi niñez, más allá de haberlos detestado. Creo que se han robado un pedacito de mi corazón.
Crítica realizada por Leonardo Arce.
A medida que fueron transcurriendo los primeros minutos de la cinta, mis prejuicios fueron diluyéndose y me permití disfrutar de una cinta fresca, divertida, resuelta y plagada de ingenuidad, melodía y ternura. Con una introducción que seguramente sería envidia de cualquier producción de Broadway (un musical en el cual los muñecos protagonistas se enteran de la secuela fílmica), ofrece la apertura ideal para el inicio de una aventurera gira de los Muppets por los mejores escenarios de Europa. Con destellos musicales y cómicos, Berlín, Madrid, Dublin y Londres serán los lugares en los que los muñecos harán de las suyas, hasta que se encontrarán envueltos en una conspiración que tiene como objetivo el robo de las joyas de la corona inglesa. El cerebro de esa operación es la rana Constantine, un peligroso delincuente que resulta ser muy parecida a la rana René.
Ricky Gervais, Ty Burrell y Tina Fey son los actores de carne y hueso que acompañan las idas y venidas de los Muppets: interpretan a un representante artístico que resulta ser un delincuente, un miembro de la policía francesa y una guardia cárcel rusa. Pulgares arriba para los tres, quienes brillan en los musicales que encabezan. En este sentido, el apartado musical es brillante: una multiplicidad de canciones de lo más pegadizas, bien incorporadas en la trama y de los más variados ritmos. Destaco la intervención de Celine Dion en un dispar dúo con la cerdita Peggy en una preciosa balada y una canción interpretada por la rana René que parece extraída de “Grease”.
Una multiplicidad de cameos serán la sorpresa para muchos. Estrellas de la talla de Tom Hiddleston, Christoph Waltz, Salma Hayek, Lady Gaga, Frank Langella, Chloë Moretz, Evan Peters, Danny Trejo y Usher (entre muchos más) son un deleite y, aunque se trata de intervenciones pequeñas y casi imperceptibles, es de lo más placentero descubrirlas.
En una época signada por la animación digital y el formato 3D como fuentes del entretenimiento dirigido para el público infantil, es de celebrar que un heterogéneo grupo de marionetas sean las protagonistas de esta cinta, desprovista de toda técnica animada y apelando a una manipulación “clásica” que respeta el formato que los hizo famosos y perdurables en el tiempo. Una historia atractiva en la que los Muppets se ríen de sí mismos y una banda sonora efectiva es la fórmula que asegura diversión y entretenimiento de lo más grato. Fue una linda sorpresa; fue una buena manera de recordar mi niñez, más allá de haberlos detestado. Creo que se han robado un pedacito de mi corazón.
Crítica realizada por Leonardo Arce.
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