* * * BUENA
"What if" es una comedia romántica con aura de cine indie, moderna, pero que ofrece una historia que ya hemos visto un par de veces en el cine. Es decir, su envoltorio, la dinámica expuesta y sus intérpretes principales son cool, pero la trama central es bastante común y no aporta nada nuevo al género. Aún así, logra entretener y mantener interesado al espectador.
Wallace (Daniel Radcliffe) es un joven inteligente, locuaz y divertido que está tratando de superar el hecho de que su ex novia lo haya engañado con un compañero de trabajo. Por otro lado tenemos a Chantry (Zoe Kazan), una mina divertida pero poco social y un tanto extraña, actualmente en una relación de cinco años con Ben (Rafe Spall). Por casualidad se conocen en una fiesta de un amigo en común, el loquito Allan (Adam Driver), y comienzan una amistad que desde su inicio grita a todos los vientos: ¡Problemas! A partir de ese momento cada vez se van uniendo más y más, tratando de evitar que posibles sentimientos amorosos arruinen la amistad que tienen. Por supuesto, lo que sigue es un enredo amoroso involuntario previsible. Paralelamente, también se puede disfrutar de la alocada relación amorosa que surge de esa fiesta entre Allan y una chica llamada Nicole (Mackenzie Davis).
Como positivo debo decir que lo mejor de la película pasa por sus dos protagonistas, Radcliffe y Kazan, quienes logran transmitir buena química romántica y nos divierten con sus neurosis acerca de las relaciones. Radcliffe está muy bien y hace que el espectador se pueda identificar con él mientras que Kazan aporta frescura y mucha esencia de mujer al dúo amigo/amoroso. Otra cuestión interesante tiene que ver con el recurso audiovisual animado que surge de la imaginación de ambos, por momentos representado en unos dibujos, que acompañan sus estados de ánimo y suman a este aura independiente del que hablaba al principio de la reseña.
Se está poniendo de moda que las películas mainstream tengan algunos toques indie o "locos", para no parecer tan industriales. Personalmente, creo que si esto sirve para que los estudios se fijen un poco más en los aspectos artísticos de sus propuestas y no tanto en las explosiones, chistes fáciles y efectos visuales espectaculares, bienvenido sea.
Lo más flojo pasa por la previsibilidad que que demuestra la trama. Cuando por un momento pensamos que quizás no sea tan predecible el desenlace, rápidamente el director nos vuelve a la senda y sí... termina como todos sospechan que terminará.
Una propuesta que si bien no es de lo mejor en materia de comedias románticas, se defiende bien y mantiene entretenido al espectador.
Wallace (Daniel Radcliffe) es un joven inteligente, locuaz y divertido que está tratando de superar el hecho de que su ex novia lo haya engañado con un compañero de trabajo. Por otro lado tenemos a Chantry (Zoe Kazan), una mina divertida pero poco social y un tanto extraña, actualmente en una relación de cinco años con Ben (Rafe Spall). Por casualidad se conocen en una fiesta de un amigo en común, el loquito Allan (Adam Driver), y comienzan una amistad que desde su inicio grita a todos los vientos: ¡Problemas! A partir de ese momento cada vez se van uniendo más y más, tratando de evitar que posibles sentimientos amorosos arruinen la amistad que tienen. Por supuesto, lo que sigue es un enredo amoroso involuntario previsible. Paralelamente, también se puede disfrutar de la alocada relación amorosa que surge de esa fiesta entre Allan y una chica llamada Nicole (Mackenzie Davis).
Como positivo debo decir que lo mejor de la película pasa por sus dos protagonistas, Radcliffe y Kazan, quienes logran transmitir buena química romántica y nos divierten con sus neurosis acerca de las relaciones. Radcliffe está muy bien y hace que el espectador se pueda identificar con él mientras que Kazan aporta frescura y mucha esencia de mujer al dúo amigo/amoroso. Otra cuestión interesante tiene que ver con el recurso audiovisual animado que surge de la imaginación de ambos, por momentos representado en unos dibujos, que acompañan sus estados de ánimo y suman a este aura independiente del que hablaba al principio de la reseña.
Se está poniendo de moda que las películas mainstream tengan algunos toques indie o "locos", para no parecer tan industriales. Personalmente, creo que si esto sirve para que los estudios se fijen un poco más en los aspectos artísticos de sus propuestas y no tanto en las explosiones, chistes fáciles y efectos visuales espectaculares, bienvenido sea.
Lo más flojo pasa por la previsibilidad que que demuestra la trama. Cuando por un momento pensamos que quizás no sea tan predecible el desenlace, rápidamente el director nos vuelve a la senda y sí... termina como todos sospechan que terminará.
Una propuesta que si bien no es de lo mejor en materia de comedias románticas, se defiende bien y mantiene entretenido al espectador.
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