* * * BUENA
Sin mucha pena ni gloria pasó este estreno por los cines argentinos; un trabajo del hip hopero/actor/director RZA, que además es un conocido fanático del cine de artes marciales oriental. Su ópera prima, "The man with the iron fists", es un homenaje a ese cine clásico en el que se nota la influencia de películas como "Las 36 cámaras de Shaolin", "Kung fu contra los siete vampiros de oro" y "El tigre y el dragón". Si a esta locura de artes marciales le sumamos una estética impregnada por el sello de Tarantino, tenemos un producto tan atractivo como turbulento, que podría haber sido mucho más trascendente de lo que terminó siendo en realidad. El poster promocional, el trailer, los personajes y los actores involucrados en la producción generaron en primera instancia mucha expectativa, pero luego con varios retrasos en su estreno y el filtrado de copias piratas de buena calidad en internet, se fue apagando la emoción. Creo que en parte estas cuestiones influyeron en el poco éxito que tuvo a nivel mundial, pero también es verdad que la trama que debía sostener a la película fue muy despareja, con algunos baches evidentes en el guión y un manejo de las situaciones un tanto confusa. Se nos presentaron personajes super atractivos pero incompletos, como cuando uno ve un producto cuyo envoltorio es hipnótico, pero en cuanto lo abrimos nos damos cuenta de que el contenido era menos interesante. Lo mismo me pasó con los protagonistas de esta película. Un Blacksmith (RZA) poco carismático fuera de su rol de hombre con puños de hierro, un X-Blade (Rick Yune) con poca historia que ensalzara su importancia en la trama, una Madam Blosson (Lucy Liu) con motivaciones confusas... El único que me gustó bastante como personaje fue Jack Knife (Russell Crowe), pero creo que aún así se podría haber explotado mucho mejor.
Es una película de buenas intenciones, con algunas secuencias de acción muy bien realizadas y personajes potencialmente espectaculares que se quedaron un poco en el camino. Nuevamente, se presentó otro caso de atención excesiva en los detalles estéticos dejando de lado el pulido de los aspectos de guión. No obstante, aguanta. Se deja ver y transporta por hora y media al espectador a un mundo de clanes despiadados, traiciones, técnicas de combate mágicas y fantasía mística. Una opción para tomársela como lo que es, una peli de clase B que con mucho amor y poco presupuesto que le hace un homenaje al cine de artes marciales clásico.
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