* * * BUENA
El pelado Dwayne Johnson, mejor conocido como “The Rock” ("El Rey Escorpión", "La Montaña Embrujada", entre otros ¿memorables? títulos cinematográficos), protagoniza esta película que, en cierta medida, lo ayuda a desprenderse de sus trabajos habituales. No lo vemos aquí como el fortachón de un filme pochoclero de acción con explosiones en cada rincón de la pantalla, ni lo vemos en un papel cómico que apenas logra rozar lo ridículo. Todo lo contrario: asistimos a una actuación dramática que, sin ser perfecta y acabada, encaja muy bien en la historia que se busca contar.
Inspirada en hechos reales, la trama nos pone en escena a John Matthews (Dwayne Johnson), un próspero empresario de la construcción, cuyo hijo adolescente (Rafi Gavron) acaba de ser detenido por encontrarse involucrado en una red de tráfico de drogas. Destinado a cumplir una condena de varias decenas de años de prisión, Matthews intentará reducir la pena de su hijo al mínimo, prestando colaboración con la DEA, cuyas tareas estarán a cargo de una alta funcionaria del gobierno (Susan Sarandon). Su misión consistirá en introducirse en una peligrosa red de narcotráfico, con la ayuda de un ex convicto empleado suyo (Jon Bernthal), transportando la mercancía hasta encontrar a un importante traficante (Michael Kenneth Williams). El riesgo que correrá no sólo hará peligrar su propia vida, sino que terminará exponiendo la de toda su familia.
El hecho de encontrar a un Johnson interpretando a un “padre coraje” al que no le importa correr riesgos extremos con tal de proteger a los suyos, y de visualizarlo en la plenitud de esos riesgos a lo largo de la trama, es el mérito más valioso de esta película. Su punto más fuerte, paradójicamente, son sus escenas dramáticas más que sus escenas de acción.
Es por ello (junto a otros elementos más) que me genera conflicto la determinación del género al que adscribe la historia: ¿se trata de una película dramática o de una de acción, o un mix de ambas? Creo que el etiquetaje no es de importancia relativa porque colabora a darle cohesión al guión. Por momentos, asistimos a escenas con buenas dosis de dramatismo, acompañadas por una banda sonora coherente y agradable al oído, a cargo de Antonio Pinto (responsable del soundtrack de la fallida “El amor en los tiempos del cólera”, de 2007). Pero por otro lado, el espectador puede disfrutar de escenas de alto impacto, con persecuciones y tiroteos bien logrados. Como si fueran dos películas engarzadas, el director Ric Roman Waugh no logra encontrar un punto válido de conexión de facetas de un mismo filme. Si esta circunstancia es buena o mala, no es fácil de dilucidar para mí.
Esta inconsistencia (acción o no acción) no le resta mérito a esta película que es disfrutable y que nos presenta a Dwayne Johnson en una interpretación que no acostumbra a realizar. Y sale airoso de esa situación, demostrando que es más que un par de músculos puestos a disposición de una película de acción del montón o de una comedia liviana por demás. Se adentró (o por lo menos hizo el intento de adentrarse) en el drama y eso fue bueno.
Crítica realizada por Leonardo Arce
No hay comentarios.:
Publicar un comentario