* * * BUENA
Marcos Carnevale (autor de libretos de las más importantes tiras diarias de Pol-Ka y director de exitosas películas nacionales como "Elsa & Fred", "Anita" y "Viudas") dirige una nueva película que nos reencuentra con el versátil y querido Guillermo Francella en la pantalla grande. “Corazón de León” presenta a un Francella más maduro actoralmente, que dosifica en la medida justa su talento para la comedia y sus indiscutibles toques dramáticos. Carnevale supo apreciar esta circunstancia y la explotó con efectividad, acompañándolo de Julieta Díaz (como su dupla) y un gran elenco.
La historia se centra en Ivana Cornejo (Julieta Díaz), una abogada asociada profesionalmente a su ex-esposo Diego Bisoni (Mauricio Dayub). Tras discutir con él telefónicamente, arroja a la basura su celular. Horas después, Ivana recibe la llamada de un extraño quien halló el celular, con la intención de devolvérselo. Al entablar una charla interesante y simpática, en la que ambos “pegan mucha onda”, acuerdan encontrarse para devolver ese celular. La sorpresa se la llevará Ivana cuando vea llegar a León Godoy (Guillermo Francella), un arquitecto exitoso pero con una particularidad: mide menos de 1.5 metros. Ella muy alta; él demasiado bajo. Pero eso no fue impedimento para que el amor comenzara a fluir entre ambos, en medio de una lluvia de prejuicios, estereotipos y convencionalismos sociales que ven con malos ojos esa diferencia de altura.
El guión presenta una multiplicidad de condimentos que son bien desarrollados, haciendo atractiva la historia: una relación atípica entre alguien alto y bajo (pudiendo presentarla como bizarra, inteligentemente no lo hace), los modos de aceptación de esa relación, la lucha contra los prejuicios y las limitaciones que se le atribuyen a las personas de escasa estatura, la imagen de persona exitosa (identificada con una elevada estatura), la visión de los terceros, entre otros. Algunos son contados en clave de comedia; otros, desde la perspectiva del drama.
El problema se presenta, una vez más, en la naturaleza del género al que corresponde el guión: ¿es comedia?, ¿es drama?, ¿es una comedia dramática o un drama con toques cómicos? La comedia es llevada con la naturalidad propia de Guillermo Francella y potenciada por la participación de Jorgelina Aruzzi, quien protagoniza escenas que hace desbordar de carcajadas al espectador. El drama, obviamente corre por cuenta de Julieta Díaz, en el desarrollo del trauma de aceptación de su relación, y de Francella, volviendo a demostrar su capacidad dramática que ya demostró con “El Secreto de sus Ojos”. Ambas facetas cumplen muy bien en el marco del argumento, pero se produce una distorsión a la hora de mezclarlas y unificarlas para darle unidad al guión. No se logra armar la moneda con sus dos caras; tampoco sé si la película tuvo aspiraciones mayores que fueron disminuyendo su altura durante su desarrollo o comenzó pequeña para ir creciendo hacia el final.
Sin embargo, esto no desmerece el producto final, que es satisfactorio y disfrutable de principio a fin. La química de la pareja protagonista es su carta de presentación y el espectador logra percibirla, lo que constituye algo altamente valorado. Asimismo, destaco las participaciones de Nora Cárpena (madre de Ivana) y Claudia Fontán (ex-esposa de León), ambas en papeles pequeños pero efectivos y muy bien armados, aparte de la presentación de Nicolás Francella y toda su frescura. No hay que olvidarse de los aceptables efectos especiales, que logran a León (recreando una suerte de hobbit argento).
Sea comedia, drama, mezcla de ambos o lo que fuera, esta película es un indicador más del buen momento que vive el cine nacional y de la masividad de espectadores que concurren a las salas a disfrutarlo. Frente a las comedias norteamericanas que son cachetazos al buen gusto, este buen intento argentino deja “chiquitos” a los livianos intentos hollywoodenses.
Crítica realizada por Leonardo Arce
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