* * REGULAR
Esta es una película de esas raras... que parece que van a ser una cosa y termina siendo otra. Contó con un gran director, Dan Gilroy, responsable del film aclamado ''Nightcrawler'', y con un reparto que incluye los nombres de Denzel Washington y Colin Farrell. Todo indicaba que se venía un combo de drama, comedia y suspenso que iba a ser una bomba, pero en cambio se sintió más bien como un petardo vencido, con algo de estruendo, pero bastante tímido en su cometido. Y es que le di varias vueltas a la propuesta y no pude encontrar demasiados elementos atractivos. Es una lástima, porque ''Nightcrawler'' me había parecido muy buen film y estaba con bastantes expectativas sobre el nuevo trabajo de Gilroy.
Vamos primero con lo positivo. La dinámica entre Washington y Farrell es muy buena.
Son dos actores de gran vocación y talento. Saben muy bien llevar adelante los personajes que interpretan. Este diría que es el punto más alto de la propuesta. El personaje de Roman no me pareció particularmente atractivo, de hecho es bastante pesado, confuso y anticuado, pero Denzel se las ingenia para que como espectador puedas empatizar un poco con él. Hay mucha vocación de actuación. Roman es un abogado que fue importante en su momento como miembro del activismo, pero que en la actualidad se encuentra defendiendo a criminales de poca monta, en un estudio jurídico que no supo crecer o reinventarse en los últimos años. Una serie de eventos desafortunados lo llevan a explorar el lado oscuro de la ley a la vez que retoma el contacto con sus convicciones al entablar amistad con otra activista de los derechos humanos. La dinámica juega en la contradicción de embarrarse para crecer y reencontrarse con alguien que le recuerda sus viejas convicciones.
La trama no resulta interesante en general. Soy de los que creen que para que el público se enganche con una película sobre leyes y abogados, debe haber un guión potente en dinámica y que baje un poco a tierra el mundo de lo jurídico, de lo contrario se torna algo aburrido, que no se entiende demasiado y poco digno de dedicación de tiempo y concentración. Con ''Roman J Israel, Esq.'' pasa esto mismo. El guión no resulta interesante y la historia se torna algo menor, confusa por momentos. Se entiende el camino que transita el protagonista, pero luego de los primeros 40 minutos ya hemos perdido, en su mayoría, la atención. No termina de definirse por el drama y tampoco genera grandes momentos de suspenso. Y si lo que querían era una mezcla de ambos que funcionara, no lo logran tampoco.
Mi camino a través del metraje fue de curiosidad al inicio, entrada en una meseta que tiene algunos picos bajos de interés y luego decae totalmente con un desenlace que termina por confirmarme que realmente me aburrió la propuesta general y que no volvería a repetir.
Vamos primero con lo positivo. La dinámica entre Washington y Farrell es muy buena.
Son dos actores de gran vocación y talento. Saben muy bien llevar adelante los personajes que interpretan. Este diría que es el punto más alto de la propuesta. El personaje de Roman no me pareció particularmente atractivo, de hecho es bastante pesado, confuso y anticuado, pero Denzel se las ingenia para que como espectador puedas empatizar un poco con él. Hay mucha vocación de actuación. Roman es un abogado que fue importante en su momento como miembro del activismo, pero que en la actualidad se encuentra defendiendo a criminales de poca monta, en un estudio jurídico que no supo crecer o reinventarse en los últimos años. Una serie de eventos desafortunados lo llevan a explorar el lado oscuro de la ley a la vez que retoma el contacto con sus convicciones al entablar amistad con otra activista de los derechos humanos. La dinámica juega en la contradicción de embarrarse para crecer y reencontrarse con alguien que le recuerda sus viejas convicciones.
La trama no resulta interesante en general. Soy de los que creen que para que el público se enganche con una película sobre leyes y abogados, debe haber un guión potente en dinámica y que baje un poco a tierra el mundo de lo jurídico, de lo contrario se torna algo aburrido, que no se entiende demasiado y poco digno de dedicación de tiempo y concentración. Con ''Roman J Israel, Esq.'' pasa esto mismo. El guión no resulta interesante y la historia se torna algo menor, confusa por momentos. Se entiende el camino que transita el protagonista, pero luego de los primeros 40 minutos ya hemos perdido, en su mayoría, la atención. No termina de definirse por el drama y tampoco genera grandes momentos de suspenso. Y si lo que querían era una mezcla de ambos que funcionara, no lo logran tampoco.
Mi camino a través del metraje fue de curiosidad al inicio, entrada en una meseta que tiene algunos picos bajos de interés y luego decae totalmente con un desenlace que termina por confirmarme que realmente me aburrió la propuesta general y que no volvería a repetir.
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