* * * * * EXCELENTE
La película "Steve Jobs" del afamado director inglés Danny Boyle ("Slumdog Millionaire", "Trainspotting") y el excelso guionista Aaron Sorkin ("Social Network", "The West Wing") es un excelente trabajo que fue menospreciado por las audiencias mundiales, no por ser malo, sino seguramente por una deficiente promoción y falta de interés en la temática central, un pedacito de la historia de vida de Steve Jobs.
Recordemos que anteriormente ya se había estrenado una película bastante más inferior acerca de la vida del genio de Apple protagonizada por Ashton Kutcher, que no era mala, pero sí muy inferior a esta obra de Boyle.
Acá la trama se centra un período más corto de la vida del magnate, desde que da sus primeros pasos a la inmortalidad presentando la Macintosh, pasando por su período de exilio de Apple en el cual presentó Next, hasta su consagración total con la iMac.
Durante todo el film la historia es abordada desde los momentos previos a estas grandes presentaciones, en los que se pueden disfrutar de diálogos de otra galaxia construidos de manera magistral por Sorkin. Esta dinámica también permite al espectador conocer más acerca de las relaciones interpersonales que llevaba con las personas más cercanas que tuvo en su vida, como su amiga y jefa de marketing de Apple, Joanna Hoffman, interpretada de manera excepcional por Kate Winslet, o su complicada relación con su socio y amigo Steve Wozniak, también muy bien llevado por el actor Seth Rogen. Por otro lado, la parte más humana la saca a relucir el personaje de su hija, Lisa Brennan, a quien negó como descendiente durante muchos años. En realidad todo el cast hace un trabajo magnífico, destacándose por supuesto el del mismo Michael Fassbender en la piel del Jobs, demostrando que no hace falta imitar para traer a la vida a una personalidad tan mítica como la de Steve Jobs. Sin el parecido físico o los gestos más característicos de su persona, Fassbender de todas maneras logra resucitar a este icono moderno y nos regala momentos maravillosos de humanidad, mostrándonos los ángeles y demonios que regían la vida del personaje. El magnate de Apple era una persona muy compleja, despreciable e increíblemente carismática a la vez, capaz del desamor más desgarrador y también del amor más puro, podía ser el más apasionado o el menos. Nos muestra todas las facetas de un ser humano que revolucionó el mundo, nos guste o no.
La banda sonora es muy buena, ayudando a crear la atmósfera de momentos intensos y que emocionan como la secuencia final de Jobs con su hija Lisa. Por su lado, los planos y los lugares que selecciona Boyle para filmar son absolutamente acertados, manteniéndose lejos del temido cliché. En esta película baja un par de cambios con respecto al tipo de filmación frenética que suele llevar a cabo, pero le imprime el ritmo y la intensidad necesaria cuando así lo requiere el guión pensado por Sorkin.
En mi opinión estamos ante uno de los mejores estrenos del año que lamentablemente va a pasar sin mucha pena ni gloria por las salas de cine del mundo. Ojalá con el tiempo se puede valorar más lo que hizo este tridente de talentos formado por Boyle, Sorkin y Fassbender.
Recordemos que anteriormente ya se había estrenado una película bastante más inferior acerca de la vida del genio de Apple protagonizada por Ashton Kutcher, que no era mala, pero sí muy inferior a esta obra de Boyle.
Acá la trama se centra un período más corto de la vida del magnate, desde que da sus primeros pasos a la inmortalidad presentando la Macintosh, pasando por su período de exilio de Apple en el cual presentó Next, hasta su consagración total con la iMac.
Durante todo el film la historia es abordada desde los momentos previos a estas grandes presentaciones, en los que se pueden disfrutar de diálogos de otra galaxia construidos de manera magistral por Sorkin. Esta dinámica también permite al espectador conocer más acerca de las relaciones interpersonales que llevaba con las personas más cercanas que tuvo en su vida, como su amiga y jefa de marketing de Apple, Joanna Hoffman, interpretada de manera excepcional por Kate Winslet, o su complicada relación con su socio y amigo Steve Wozniak, también muy bien llevado por el actor Seth Rogen. Por otro lado, la parte más humana la saca a relucir el personaje de su hija, Lisa Brennan, a quien negó como descendiente durante muchos años. En realidad todo el cast hace un trabajo magnífico, destacándose por supuesto el del mismo Michael Fassbender en la piel del Jobs, demostrando que no hace falta imitar para traer a la vida a una personalidad tan mítica como la de Steve Jobs. Sin el parecido físico o los gestos más característicos de su persona, Fassbender de todas maneras logra resucitar a este icono moderno y nos regala momentos maravillosos de humanidad, mostrándonos los ángeles y demonios que regían la vida del personaje. El magnate de Apple era una persona muy compleja, despreciable e increíblemente carismática a la vez, capaz del desamor más desgarrador y también del amor más puro, podía ser el más apasionado o el menos. Nos muestra todas las facetas de un ser humano que revolucionó el mundo, nos guste o no.
La banda sonora es muy buena, ayudando a crear la atmósfera de momentos intensos y que emocionan como la secuencia final de Jobs con su hija Lisa. Por su lado, los planos y los lugares que selecciona Boyle para filmar son absolutamente acertados, manteniéndose lejos del temido cliché. En esta película baja un par de cambios con respecto al tipo de filmación frenética que suele llevar a cabo, pero le imprime el ritmo y la intensidad necesaria cuando así lo requiere el guión pensado por Sorkin.
En mi opinión estamos ante uno de los mejores estrenos del año que lamentablemente va a pasar sin mucha pena ni gloria por las salas de cine del mundo. Ojalá con el tiempo se puede valorar más lo que hizo este tridente de talentos formado por Boyle, Sorkin y Fassbender.
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