* * * * MUY BUENA
El actor danés Mads Mikkelsen, a quien lo pude conocer gracias a la cinta "La Cacería" (2012) candidata al Oscar en la categoría de Mejor Película de habla no Inglesa, encabeza una impecable producción franco-alemana. Se trata de una película que se caracteriza por la ausencia de espectacularidad en su diseño, teniendo en cuenta la época en la que se sitúa, pero que encuentra toda su fortaleza en lo actoral y argumental. Esta especie de “separación de aguas” la hace interesante. La trama se sitúa en Europa en el siglo XVI. Michael Kohlhaas (Mads Mikkelsen) es un próspero y respetado comerciante de caballos. Un día, se topa con un señor feudal quien, por transitar el territorio, decide cobrarle un peaje.
Cuando se busca retratar una trama en la Edad Media, las producciones enfocan sus esfuerzos en el arte, el vestuario y la música. Quizás porque consideran que el género "épico" encuentra todas su justificación en esos elementos. "Michael Kohlhaas" no sigue esa tendencia. Pero ello no significa que su producción sea mediocre. La cinta pretendió plasmar de la forma más real y cruda la realidad del siglo XVI. No hay dudas de que lo logra. En ningún momento sentimos que nos desplazamos de la época sino que, por el contrario, nos vamos sumergiendo en ella a medida que la cinta avanza.
De esta manera, se queda con dos caballos. Luego, Kohlhaas se entera de que ese señor no tenía derecho a percibir ese tributo y decide acudir a la corte de justicia para que se le restituyan los caballos y le reparen los daños corporales sufridos por su sirviente. Sin embargo, el sistema monárquico impide que esos derechos sean reparados. Es así como Kohlhaas reune un ejército y comienza una venganza que hará tambalear el orden social imperante.
Como dije, hay otros elementos que la realzan. Uno de ellos es el libreto. Basado en una novela alemana del siglo XIX, el guión tiene todo lo que una épica debe tener: un personaje con una vida tranquila que padece una injusticia que no tiene remedio en el sistema jurídico de la época, y es el mismo sistema el que lo empuja a eliminarla mediante la venganza y la justicia por mano propia. Por supuesto que el honor tiene mucho que ver en todas las conductas que despliega. La cinta desnuda de manera efectiva la corrupción, la desigualdad y el deseo de justicia. Ante eso, uno como espectador no puede mantenerse neutral. Son enriquecedores muchos de los diálogos entre los personajes y muchas verdades en ellos.
Mads Mikkelsen brilla en su interpretación; nadie puede discutir esa verdad. La escena final es una muestra de lo que el actor puede ofrecer. Esa versatilidad ha despertado el interés de Hollywood y por eyoutubeso pronto lo veremos en el cine de superhéroes al interpretar al villano de la nueva cinta de Marvel, "Doctor Strange" y en el spin-off de "Star Wars", ambas películas programadas para este año.
Como propuesta cinematográfica, es muy buena y disfrutable. Quedó guardada en mi retina toda la secuencia final, la que no tiene desperdicio.
Crítica realizada por Leonardo Arce.
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