* * * BUENA
Cuando una película intenta mostrar la vida monótona y aburrida de un matrimonio adulto para contraponerla con una vida bohemia y despreocupada de un matrimonio joven, está destinada a dar un buen resultado. Si la fórmula es llevada hacia la comedia, uno puede imaginar situaciones dispares que invitan a la risa que nos proporcionen un producto disfrutable. Pero lo que viene a ofrecernos el poco conocido director Noah Baumbach y que protagonizan Ben Stiller y Naomi Watts goza de las mejores intenciones pero recorre un camino pantanoso. El resultado es que no sale airosa.
Coincido en que no estamos frente a una película mediocre. Sí es un tanto aburrida gracias a su ritmo lento y pesado que no ayuda demasiado al espectador para conectarse de lleno con la trama y sus personajes.
Pero el lado positivo está en que ofrece los espacios para reflexionar, repensar y analizar el estilo de vida que queremos y el que, efectivamente, llevamos.
La cinta nos muestra la vida de Josh (Ben Stiller) y Cornelia (Naomi Watts), una pareja de cuarenta y tantos que atraviesa una crisis gracias a que sus amigos acaban de ser padres. Josh es un director de documentales con un problema de inspiración: se encuentra filmando desde hace más de diez años sin poder concluir. Un día conoce a Jamie (Adam Driver) y Darby (Amanda Seyfried), una joven pareja con la que descubrirá una forma alternativa de ver a su alrededor.
Por momentos, la trama se centra en esa ausencia de iniciativa del protagonista para culminar su trabajo y allí es donde desentona un poco. El tratamiento que se hace del desarrollo de ese documental existencialista no suma a la trama y la hunde en el aburrimiento. Creo que el director intentó sofisticar un poco el libreto trayendo a colación ciertos planteos geopolíticos, económicos y filosóficos que, justamente, hacían que el personaje de Stiller perdiera su rumbo artístico. Bueno, el director cayó en el mismo problema que el protagonista. Pero hay otras tantas escenas que le dan frescura a la película y ahí es donde está el acierto. Que ambas parejas con modos de vida tan distintos pretendan ensamblarse fue atractivo y nos dieron escenas muy buenas que realzaron un poco. Ese redescubrimiento de la juventud le aportó una dosis de agilidad a la trama.
Quiero destacar el trabajo de la nominada al Oscar Naomi Watts quien en ningún momento defrauda. No tan solo destila belleza sino toda la frescura en cada escena que participa. Incluso me ha gustado la actuación de Ben Stiller, de quien no soy un ferviente devoto. El resto del elenco cumple, pero no hay dudas de que el gran peso recae en estos dos actores.
En conclusión, hubo un cierto potencial en esta película que no supo ser aprovechado al máximo por el director. La forma en que se encaró la historia adolece de esos ingredientes que amalgaman, que edifican para bien una historia. A pesar de ello, es una cinta que, sin recomendarla demasiado, puede ser más que buena a los ojos de los demás.
Crítica realizada por Leo Arce.
Coincido en que no estamos frente a una película mediocre. Sí es un tanto aburrida gracias a su ritmo lento y pesado que no ayuda demasiado al espectador para conectarse de lleno con la trama y sus personajes.
Pero el lado positivo está en que ofrece los espacios para reflexionar, repensar y analizar el estilo de vida que queremos y el que, efectivamente, llevamos.
La cinta nos muestra la vida de Josh (Ben Stiller) y Cornelia (Naomi Watts), una pareja de cuarenta y tantos que atraviesa una crisis gracias a que sus amigos acaban de ser padres. Josh es un director de documentales con un problema de inspiración: se encuentra filmando desde hace más de diez años sin poder concluir. Un día conoce a Jamie (Adam Driver) y Darby (Amanda Seyfried), una joven pareja con la que descubrirá una forma alternativa de ver a su alrededor.
Por momentos, la trama se centra en esa ausencia de iniciativa del protagonista para culminar su trabajo y allí es donde desentona un poco. El tratamiento que se hace del desarrollo de ese documental existencialista no suma a la trama y la hunde en el aburrimiento. Creo que el director intentó sofisticar un poco el libreto trayendo a colación ciertos planteos geopolíticos, económicos y filosóficos que, justamente, hacían que el personaje de Stiller perdiera su rumbo artístico. Bueno, el director cayó en el mismo problema que el protagonista. Pero hay otras tantas escenas que le dan frescura a la película y ahí es donde está el acierto. Que ambas parejas con modos de vida tan distintos pretendan ensamblarse fue atractivo y nos dieron escenas muy buenas que realzaron un poco. Ese redescubrimiento de la juventud le aportó una dosis de agilidad a la trama.
Quiero destacar el trabajo de la nominada al Oscar Naomi Watts quien en ningún momento defrauda. No tan solo destila belleza sino toda la frescura en cada escena que participa. Incluso me ha gustado la actuación de Ben Stiller, de quien no soy un ferviente devoto. El resto del elenco cumple, pero no hay dudas de que el gran peso recae en estos dos actores.
En conclusión, hubo un cierto potencial en esta película que no supo ser aprovechado al máximo por el director. La forma en que se encaró la historia adolece de esos ingredientes que amalgaman, que edifican para bien una historia. A pesar de ello, es una cinta que, sin recomendarla demasiado, puede ser más que buena a los ojos de los demás.
Crítica realizada por Leo Arce.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario