* * * BUENA
A ver: ¡es Bob Esponja!, el divertido personaje marino que la empresa de entretenimiento televisivo infantil Nickelodeon ha colocado en la pantalla chica desde 1999. ¿Qué más se puede pedir? Y que conste que a esa pregunta no la hago con sarcasmo, sino más bien con un guiño positivo hacia esta propuesta. Más de una década tuvo que pasar para ver el regreso a la pantalla grande de la esponja amarilla de ojos saltones. Pero en esta oportunidad, se combinan varias técnicas: animación clásica, actores de carne y hueso interactuando con personajes animados, animación en 3D, etc.
Debo ser honesto: el nombre del personaje obviamente que me es conocido, pero ignoro el contenido de la serie animada.
Suponía que la película respetaría todos los condimentos que la ha hecho mundialmente famosa. Y, de hecho, así fue. La película nos presenta a Bob Esponja cocinando las apetitosas cangre-burguers en el Crustáceo Cascarudo, único alimento de los habitantes de Fondo de Bikini. Cuando Placton, el diminuto villano decide, por milésima vez, robar la receta secreta de las cangre-burguers, ésta desaparece mágicamente, llevando a los habitantes de Fondo de Bikini a un estado salvaje y sumiendo a la ciudad en el apocalipsis. Para salvar su hogar, Bob y sus amigos deberán recuperar la receta de las cangre-burguers que la posee un despiadado pirata (Antonio Banderas) gracias a un libro mágico.
Como ya dije, la película se compone de escenas de animación clásica y casi que constituye el 80% del metraje. En el 20% restante tenemos en escena al pirata interpretado por Antonio Banderas (en un trabajo que, por momentos, parecía una parodia del “Jack Sparrow” de Johnny Deep) hablando con un grupo de gaviotas y la escena final, con Bob y sus amigos en la playa peleando contra el pirata. Sí; creo que acá hay olorcito a una pequeña “estafa”: el trailer parecía darnos la pauta de que la historia giraría en torno al mundo real con personajes animados. Pero no fue así. Quizás se trató de alguna sospechosa estrategia para captar público.
De todas maneras, la historia cumple su función de entretener al público infantil (y al no tanto que los acompaña a las salas). La animación clásica es similar a la vista en la serie televisiva, aunque la animación con personajes reales es de dudosa calidad. No creo que haya sido lo mejor logrado de la película. Pero lo que sí funciona bien es el guión, plagado de chistes graciosos y aportes musicales entretenidos. Al menos, los pequeños quedarán conformes.
El resultado final no dista mucho de ser un capítulo televisivo extendido y eso resta efectividad a la hora de realizar una evaluación íntegra. Pero ¡es Bob Esponja! y ya es casi un símbolo cultural actual. Tenerlo en el cine es un éxito asegurado.
Crítica realizada por Leonardo Arce.
Debo ser honesto: el nombre del personaje obviamente que me es conocido, pero ignoro el contenido de la serie animada.
Suponía que la película respetaría todos los condimentos que la ha hecho mundialmente famosa. Y, de hecho, así fue. La película nos presenta a Bob Esponja cocinando las apetitosas cangre-burguers en el Crustáceo Cascarudo, único alimento de los habitantes de Fondo de Bikini. Cuando Placton, el diminuto villano decide, por milésima vez, robar la receta secreta de las cangre-burguers, ésta desaparece mágicamente, llevando a los habitantes de Fondo de Bikini a un estado salvaje y sumiendo a la ciudad en el apocalipsis. Para salvar su hogar, Bob y sus amigos deberán recuperar la receta de las cangre-burguers que la posee un despiadado pirata (Antonio Banderas) gracias a un libro mágico.
Como ya dije, la película se compone de escenas de animación clásica y casi que constituye el 80% del metraje. En el 20% restante tenemos en escena al pirata interpretado por Antonio Banderas (en un trabajo que, por momentos, parecía una parodia del “Jack Sparrow” de Johnny Deep) hablando con un grupo de gaviotas y la escena final, con Bob y sus amigos en la playa peleando contra el pirata. Sí; creo que acá hay olorcito a una pequeña “estafa”: el trailer parecía darnos la pauta de que la historia giraría en torno al mundo real con personajes animados. Pero no fue así. Quizás se trató de alguna sospechosa estrategia para captar público.
De todas maneras, la historia cumple su función de entretener al público infantil (y al no tanto que los acompaña a las salas). La animación clásica es similar a la vista en la serie televisiva, aunque la animación con personajes reales es de dudosa calidad. No creo que haya sido lo mejor logrado de la película. Pero lo que sí funciona bien es el guión, plagado de chistes graciosos y aportes musicales entretenidos. Al menos, los pequeños quedarán conformes.
El resultado final no dista mucho de ser un capítulo televisivo extendido y eso resta efectividad a la hora de realizar una evaluación íntegra. Pero ¡es Bob Esponja! y ya es casi un símbolo cultural actual. Tenerlo en el cine es un éxito asegurado.
Crítica realizada por Leonardo Arce.
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