17 ene 2015

Los imprevistos del amor: Al estilo “Juno”, pero devaluado y predecible

* *     REGULAR

Si al momento de iniciar una película uno descifra cuál será el final, estamos ante un grave problema. Da mucha pereza seguir viéndola. Con la esperanza de estar confundido, continué viéndola para darme cuenta de que estaba en lo cierto. Un fiasco.

“Los imprevistos del amor” es una comedia romántica basada en una novela homónima y dirigida para el público adolescente (y al no tan adolescente también), al que se lo subestima con una historia básica y carente de los más básicos criterios de cine. Construida sobre la base de una multiplicidad de clichés, la trama se centra en Rosie (Lily Collins) y Alex (Sam Claflin), dos íntimos amigos desde la niñez. Crecieron juntos, compartiendo sus vidas y sus experiencias.
Pero en la alocada noche de la fiesta de graduación, Rosie queda embarazada del chico popular de la secundaria. Esto implicará que los amigos tomen caminos distintos, los que solo el paso del tiempo cruzará.
El amor que surge de una amistad ha sido una premisa que nutrió durante décadas el género de las comedias románticas. Aún así, este guión la emplea, con pretensiones de presentar un giro interesante que la destaque de entre las demás. Gran error porque cae en moldes tan desgastados como mal usados. Es que la película no tiene nada nuevo que ofrecer: cada situación respeta un patrón, una estructura segura que le da al director la confianza suficiente para no asumir ningún tipo de riesgo. Quizás uno pueda encontrar elementos que podrían haber sido aprovechados para dotar de frescura y aires renovados a la trama. Pero no es así.
Por otra parte, no cuenta con la dinámica necesaria para plasmar el paso del tiempo. Transcurren doce años en toda la película y no vemos el desarrollo de la madurez o evolución en los personajes ni encontramos matices en ellos. Rosie vive en una eterna adolescencia, muy semejante al personaje de Ellen Page de “Juno" (2007), con quien comparten el embarazo como elemento común. Pero entramos en problemas cuando se traza un paralelismo entre ellas. Juno es inteligente, desestructurada, fresca y asume con adultez la responsabilidad de sus acciones; Rosie es arrebatada e inmadura, que no logra sostener ni su propia vida. Todo es encartonado y, si uno escarba un poco, no hay nada. Es solo una propuesta vacía y/o desinflada, según como se la mire.
Ni la simpatía de Lily Collins ("Espejito, Espejito") ni la facha de Sam Claflin ("Blancanieves y el Cazador", "Los Juegos del Hambre") logran remontar esta película que materializa un libreto tan predecible como aburrido y tedioso. Y por si esto ya no fuera suficiente, se le suma la poca química que ambos poseen. Si se trata de amigos inseparables, creo que deben convencernos de que lo son.
En síntesis, una película más del montón que no recomiendo ni a los paladares cinéfilos más arcaicos.

Crítica realizada por Leo Arce.



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