* * * BUENA
"The secret life of Walter Mitty" es una de esas películas que proyectan mucho brillo, tanto que por momentos encandila al espectador con un montón de elementos que están asociados al motor principal, pero que no representan el corazón mismo del producto. Para que se entienda mejor, Ben Stiller viene a ofrecernos un film de muy buenas intenciones, que propone encontrarle a la vida un significado profundo, que vaya más allá de los paradigmas y rutinas que nos dominan todos los días. También nos ofrece fantasía y locaciones espectaculares de la mano de un equipo de producción bien copado y profesional que nos lleva a dar una vueltita por el mundo. Hay momentos realmente divertidos como la parodia a la película "El extraño caso de Benjamin Button" y otros momentos emocionantes como la bajada en street board por las montañas de Islandia. Entonces, ¿dónde está el problema del film? ¿Por qué no es un "Excelente"? El inconveniente llega cuando uno termina de ver la película y analiza detenidamente lo que acaba de ver. Cuando lo pensás en más detalle, te das cuenta que acabás de ver una historia que trata de transmitir un mensaje profundo acerca de la vida a través de una mirada un tanto superficial y banal de la misma. ¿Se entiende la contradicción? Ben Stiller trabaja sobre la importancia de las pequeñas cosas que hacen grande la vida a partir del uso de artefactos que no son pequeños ni simples. Para empezar, nuestro protagonista Walter trabaja en un departamento rutinario de una empresa que no es ni más ni menos que la prestigiosa revista Life, a través de la cual puede acceder a viajes por todo el mundo. No descubre que puede tomar las riendas de su vida y cambiar la realidad en la que vive sino hasta que viaja por 2 o 3 locaciones exóticas, que en la película son filmadas con gran pericia. Tampoco se ve expuesto a las situaciones cotidianas de la vida para descubrir su importancia, sino que tiene que pasar por erupción de volcanes, fronteras peligrosas y vuelos en helicóptero con pilotos borrachos. Vendría a ser como la mirada a la vida común y corriente de una persona a través de los ojos de otra persona que no es común ni corriente. Ben Stiller no es un tipo común y corriente y su vida no es la vida que llevamos día a día la mayoría de los mortales. El espectador entonces, que está más cerca del individuo común y corriente, sólo podrá ver la película como si fuera un lindo comercial que promociona la idea de viajar por el mundo como forma de crecer y alimentar el corazón. Es por esto que "La increíble vida de Walter Mitty" no llega a cerrarme en su elemento más importante.
Si dejamos esta cuestión central de lado, se puede pasar un momento muy agradable con locaciones espectaculares resaltadas por una fotografía excelente, un actor que sabe muy bien como divertir al público y una banda de sonido hecha en el cielo.
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