* * * * * EXCELENTE
Grata es la sorpresa cuando uno se choca con un drama que refiere a temas complicados de abordar. Y más grato es el hecho de que ese abordaje sea comprometido, profundo, serio y pulcro cinematográficamente. “
El director danés Thomas Vinterberg
nos propone una historia compleja y difícil, en la que Lucas (Mads Mikkelsen) sufre
las consecuencias de un divorcio conflictivo al perder el contacto con su único
hijo, Marcus. Enfocado en su tarea de profesor en una guardería infantil de un
pequeño pueblo, trata de reconstruir su vida hasta que Klara (Annika Wdedderkopp),
una niña de cinco años e hija de su mejor amigo Theo (Thomas Bo Larsen), lo
acusa de haberle hecho cosas impropias para su edad. A partir de esa acusación,
Lucas deberá enfrentar las mirada de reproche de todos miembros de la
comunidad, padecer una investigación policial y recuperar a su hijo, quien
cargará con la culpa que le atribuyen a su padre, pretendiendo limpiar su
imagen; y Klara deberá convivir con la presión psicológica que sus padres
ejercen sobre ella cuando pretende reconocer su error.
El guión es impecable, plagado de
escenas que se sustentan en principios incuestionable, tales como la inocencia
de la víctima y la culpabilidad del victimario, principios que parecen
encontrar justificación suficiente en la idea de que “los niños nunca mienten”.
Theo lo manifiesta a la perfección en su parlamento cuando afirma: “Conozco a mi niña, no miente, nunca lo ha
hecho ¿Por qué iba a hacerlo ahora?”. Sobre esta noción se asienta la
historia, permitiendo una reflexión sincera de las actitudes que cada personaje
va desplegando a lo largo de la trama.
Y el problema del etiquetaje subyace
a la trama entera: quien fuera sindicado como violador, jamás podrá quitarse de
encima tal rótulo pues siempre habrá alguien que se encargue de recordárselo,
ya sea a través de la mirada o del ejercicio de la violencia. Parece impensable
la posibilidad de reivindicación en casos similares. Pero no es así; la
historia vuelve a sorprender cuando esa reivindicación no parte exclusivamente
de Lucas, sino de la propia comunidad. Si se denomina sinceramiento o curación
de heridas colectivas, es lo de menos; importa rescatar el mensaje alentador
que nos ofrece. El reconocimiento de la verdad a través de una mirada sincera y
profunda de los ojos de una persona es algo que emociona, que deja un nudo en
la garganta imposible de reprimir.
Este guión no hubiese producido los
excelentes frutos que ha cosechado sin la pericia y el talento del director Thomas
Vinterberg, quien embellece la película con planos perfectos de los bosques
daneses en todas sus estaciones del año, creando un marco natural bello a la
mirada del espectador. Uno se regocija ante escenas bien montadas y
fotografiadas, que realzan actuaciones formidables, entre las que destaco con
mucho placer las de Mads Mikkelsen (ganador del premio a la mejor
interpretación masculina en el 65° Festival de Cine de Cannes) y Klara Annika
Wdedderkopp, la niña, que ofrece una actuación profunda, a pesar de su corta
edad.
Recomendable y atractiva de
principio a fin, “La Cacería ”
no deja indiferente a nadie quien la vea. Y eso es demasiado fuerte de
reconocer y experimentar. Hace tiempo que no quedo conmovido de todas las
maneras en que una película puede hacerlo. Cuestiones morales van a venir a
nuestras mentes y ya el dicho de que “los niños siempre dicen la verdad”, a
partir de ahora, podrá ser cuestionado. Y mucho.
Crítica realizada por Leonardo Arce
Crítica realizada por Leonardo Arce
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