* MALA
Aahh... Stephenie Meyer... (moviendo la cabeza hacia los lados y poniendo cara de constipación) Siempre apelando al gronchito cursi que tenemos dentro, ese que casi todos reconocemos pero lo escondemos bien en el fondo porque sabemos que es vergonzoso. Hay que reconocerle que supo identificar ese placer pecaminoso que tienen miles de mujeres y por qué no, cientos de varones, y hacerse millonaria explotándolo.
En esta ocasión nos presenta un historia post apocalíptica en la que la humanidad ha sido dominada casi por completo por seres alienígenas, que ocupan nuestros cuerpos y ¿suprimen? el alma del humano. Estos alienígenas asesinos de especies (la Tierra es como el 7mo planeta conquistado), son en realidad también agentes del ¿bien y la bondad?, es decir que ocupan nuestros cuerpos con el objetivo de mejorarnos como especie... pero para ello nos matan... Bue... como verán de base la historia es bastante polémica y contradictoria. Yo creo que en realidad este contexto Sci-Fi mediocre que plantea Meyer es una mera excusa para reproducir esa fórmula romanticona tan efectiva que le está llenando los bolsillos, el triángulo amoroso adolescente. Sólo cambió el envoltorio, de vampiros y lobos a marcianos y rebeldes humanos, pero en esencia la trama central pasa por los amoríos juveniles y las decisiones basadas en la ebullición hormonal.
A diferencia de "Crepúsculo", se ve que esta vez soltaron un poco más la billetera y se pudo contratar un cast de mayor categoría interpretativa, con nombres como Saoirse Ronan, Diane Kruger y William Hurt, pero aún así el producto es absolutamente mediocre y hasta por momentos irritante. No entiendo que le pasa a Andrew Niccol, un tipo que dirigió películas como "Lord of War" o "Gattaca" y que escribió el guión de esas dos pelis más el de "The Truman Show", ahora metido en proyectos descerebrados como este. ¿Es sabia la decisión de meterse en estos culebrones adolescentes? Ojalá Niccol vuelva a las raíces y se deje de joder con estos amoríos superficiales.
Tiene los peores aspectos de Crepúsculo, sobre todo la amargura de esos personajes inexpresivos que dan ganas de tirarle con algo a la pantalla para ver si se despabilan un poco. Tiene momentos románticos bien pegajosos y como dice un amigo, extremadamente virgos, donde las hormonas parecen explotar por situaciones tan tontas como una caricia en el pelo. Sólo para los fans más fieles a la literatura "Meyer".
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