Lo 1ro que voy a decir es... ¡QUE LINDOOO! que groso es cuando se alinean los astros y todo funciona, cuando el talento y la visión trabajan juntos para darle al espectador más de lo que se imaginaba, algo que lo sorprende y excede sus expectativas. Este es el caso de "Crazy stupid love", una comedia romántica, sí, una película de ese género tan bastardeado por productos incoloros, enlatados y clicheados, que en esta ocasión me da una sorpresa muy agradable.
Dirigen Glenn Ficarra y John Requa, quienes anteriormente también trabajaran en conjunto en la polémica pero divertida comedia "I love you Philip Morris" de temática gay que mostraba a unos Jim Carrey y Ewan McGregor como nunca los habíamos visto en el cine.
Con su segundo trabajo vuelven mucho más suaves, sin generar tanta controversia, pero con una historia que no es tanto lo que aporta en originalidad, sino lo que aporta en la forma de hacer cine entretenido y de calidad. Para conformar el cast convocaron a un conjunto de actores que hicieron un trabajo cómico y a la vez emotivo excelente, entre ellos al magnífico Steve Carell ("Virgen a los 40"), Julianne Moore ("Magnolia", "Ceguera"), Ryan Gosling ("Diario de una Pasión", "Blue Valentine"), Emma Stone ("Superbad"), Marisa Tomei ("El Luchador"), y Kevin Bacon ("Río Místico"), una mezcla extraña pero que funcionó de maravilla y que convierte a este film en un clásico instantáneo del género.
Con su segundo trabajo vuelven mucho más suaves, sin generar tanta controversia, pero con una historia que no es tanto lo que aporta en originalidad, sino lo que aporta en la forma de hacer cine entretenido y de calidad. Para conformar el cast convocaron a un conjunto de actores que hicieron un trabajo cómico y a la vez emotivo excelente, entre ellos al magnífico Steve Carell ("Virgen a los 40"), Julianne Moore ("Magnolia", "Ceguera"), Ryan Gosling ("Diario de una Pasión", "Blue Valentine"), Emma Stone ("Superbad"), Marisa Tomei ("El Luchador"), y Kevin Bacon ("Río Místico"), una mezcla extraña pero que funcionó de maravilla y que convierte a este film en un clásico instantáneo del género.
La historia es simple, una pareja con muchos años de casados que ha perdido la pasión y aparentemente el amor, decide separarse. Para tratar de salir del pozo depresivo en que lo dejó su separación, Cal (Steve Carell) decide ahogar las penas yendo todos los días a un bar a emborracharse, pero conocerá a Jacob, un joven playboy que en el campo de las mujeres se las sabe todas, y que lo ayudará a recuperar su hombría y su vida sexual. La cinta irá presentando momentos muy divertidos en los que veremos al personaje de Cal pasar de un cuarentón sin estilo y con poco training chamuyero, a un semental de las pistas irresistible para las mujeres. Como el amor tiene sus vueltas, este cambio en la personalidad de Cal traerá aparejado una serie de eventos que nos demostrará que ese amor es loco y estúpido, pero es a la vez, lo que nos hace vivir.
El trabajo de todos los artistas que participaron tiene sus momentos para destacar, pero yo me quedo sobre todo con la labor de Steve Carell y la de Ryan Gosling (cada vez mejor), una dupla que nunca hubiera imaginado y que la verdad me hizo reír muchísimo. El ying-yang de sofisticación-ridiculez de ambos personajes es buenísimo.
La montaña rusa de momentos dramáticos, emotivos y divertidos está manejada con mucha pericia. Era muy bueno ver las reacciones de los espectadores que en un momento estaban a puras carcajadas y en menos de 5 minutos pasaban a la emoción y la seriedad, y a los 5 minutos otra vez a las risas.
Creo que es una película totalmente recomendable, inteligente, divertida, emotiva y que entretiene todo el tiempo sin presentar huecos de fastidio o aburrimiento. En su género, es lejos la mejor del año sin dudas. Aplauso largo y cascabeles como decía el gran Fernando Peña.
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