* * * BUENA
Spike Lee golpea de nuevo con una comedia con toques policiales que por supuesto, hace hincapié en el ADN racista que aún persiste en Estados Unidos y el resto del mundo occidental. Personalmente creo que es importante que se sigan produciendo films políticos que pongan de manifiesto que todavía existe racismo en nuestro planeta, y Spike Lee es uno de esos directores que incansablemente se pone la carga al hombro, y por eso le debemos respeto. Lo que no me copa tanto de los trabajos de Lee, sobre todo los últimos, es que baja mucha línea de manera personal y con un mensaje muy poco flexible para el espectador. Es decir, no deja demasiado espacio para que la persona que está viendo la película pueda hacer una deconstrucción más personal.
Le impone cómo debe razonar sobre lo que está viendo, porque él es afroamericano y sabe mejor que la mayoría lo que debemos pensar sobre el racismo. Entiendo de que efectivamente es así y que personalmente ha vivido y sigue viviendo los efectos violentos de la discriminación, pero creo que en lugar de ser más pedagógico y permitir que el espectador haga su camino, más allá de que no siempre termine en el descubrimiento que él desea, se encarga de remarcar demasiado su denuncia. Esto puede resultar molesto para parte del público que no se ve desafiado.
La historia en sí es divertida y creo que está bien actuada por su dupla protagónica compuesta por John David Washington (''Ballers'') y Adam Driver (''Star Wars: The Ryse of Skywalker''). La situación del policía de color que es el cerebro de una operación de espionaje en el corazón del Ku Klux Klan, en el cual se infiltra a través de su compañero de trabajo de color blanco, es algo inaudito y muy entretenido de ver. Nos muestra con picardía e inteligencia cómo se gestaban las reuniones del grupo supremacista. La subtrama del detective Ron Stallworth (Washington) con la activista Patrice Dumas (Laura Harrier), no me resultó tan entretenida como la principal y creo que de cierta manera estorba a los fines de la trama y el entretenimiento de la película.
Creo que 2 horas y 15 minutos fueron un tanto excesivos para la trama que presenta el film. Con 1 hora y 50 minutos lograban el cometido tranquilamente sin estirar al vicio. Desde los aspectos técnicos, hay un muy buen laburo de producción, algo que suele cuidar bastante Spike Lee.
En resumen, la película entretiene pero no llega a ser excelente. Por otro lado, la historia es tan americana que pierde un poco de atractivo para lo que son nuestros pagos latinos, donde también estamos muy habituados al racismo. Esto le saca un poco de poder de impacto a la propuesta.
Le impone cómo debe razonar sobre lo que está viendo, porque él es afroamericano y sabe mejor que la mayoría lo que debemos pensar sobre el racismo. Entiendo de que efectivamente es así y que personalmente ha vivido y sigue viviendo los efectos violentos de la discriminación, pero creo que en lugar de ser más pedagógico y permitir que el espectador haga su camino, más allá de que no siempre termine en el descubrimiento que él desea, se encarga de remarcar demasiado su denuncia. Esto puede resultar molesto para parte del público que no se ve desafiado.
La historia en sí es divertida y creo que está bien actuada por su dupla protagónica compuesta por John David Washington (''Ballers'') y Adam Driver (''Star Wars: The Ryse of Skywalker''). La situación del policía de color que es el cerebro de una operación de espionaje en el corazón del Ku Klux Klan, en el cual se infiltra a través de su compañero de trabajo de color blanco, es algo inaudito y muy entretenido de ver. Nos muestra con picardía e inteligencia cómo se gestaban las reuniones del grupo supremacista. La subtrama del detective Ron Stallworth (Washington) con la activista Patrice Dumas (Laura Harrier), no me resultó tan entretenida como la principal y creo que de cierta manera estorba a los fines de la trama y el entretenimiento de la película.
Creo que 2 horas y 15 minutos fueron un tanto excesivos para la trama que presenta el film. Con 1 hora y 50 minutos lograban el cometido tranquilamente sin estirar al vicio. Desde los aspectos técnicos, hay un muy buen laburo de producción, algo que suele cuidar bastante Spike Lee.
En resumen, la película entretiene pero no llega a ser excelente. Por otro lado, la historia es tan americana que pierde un poco de atractivo para lo que son nuestros pagos latinos, donde también estamos muy habituados al racismo. Esto le saca un poco de poder de impacto a la propuesta.
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