* * * * * EXCELENTE
Estas películas son las que me ponen contento! "Hereditary" demuestra no sólo que el cine no está perdido, sino que el género del terror no se gastó aún todos sus fichines. Cuando uno creía que ya no había nada de calidad en este género, llega una nueva ola de proyectos que devuelven las esperanzas y nos hacen asustar como cuando teníamos 10 años. Los productores de la excelente "The Witch" nos traen esta historia de posesiones, sí, de posesiones, algo que hemos visto hasta el hartazgo, pero no de esta manera, no con esta crudeza y pericia para hacernos sentir que estamos hipnotizados por algo que no deberíamos estar viendo ni disfrutando.
La historia se centra en una familia disfuncional que a la mirada rápida es como cualquier otra, con la diferencia de que esconde un legado del que resulta difícil escapar. Los 4 personajes principales son exasperantes en su propia forma. Annie (Toni Collette), la madre, es una artista escultora de miniaturas con muchos traumas de haber crecido en la familia en la que se crió, Steve (Gabriel Byrne), su esposo, es el que parece más normalcito de la familia pero con una actitud super pasiva hacia los demás miembros del clan, luego tenemos al hijo más grande, Peter (Alex Wolff), que es un joven que parece tener muy pocas aspiraciones en la vida más que fumarse todo lo que encuentra, y por último la hija menor Charlie (Milly Shapiro), una niña con muchos problemas de sociabilización y de salud. Vendrían a ser una especie de Simpsons de la depresión.
Todo comienza con la muerte de la madre de Annie. A partir de este acontecimiento, se empiezan a suceder una serie de hechos extraños que incluyen muertes de animales, visiones, accidentes fatales y la aparición de algunos personajes extraños que parecen estar vigilando a la familia. Los hechos se van tornando más graves y difíciles de ver a medida que va pasando el metraje hasta que el momento del desenlace final termina siendo una tortura exquisita.
El primer elogio que se le puede hacer a este film es el timing del director para ir llevando al espectador hacia lo más hondo del infierno. La dinámica del film aliena, hipnotiza y mantiene al espectador consumiendo de esta droga infernal que sabe va a darle pesadillas en la noche pero importa... vale la pena el martirio. Las escenas están muy bien concebidas y filmadas, sin grandes efectos especiales pero con mucha vocación. Otro elogio va para las inerpretaciones, sobre todo la de Collette... ufff, ¡qué actriz de terror grosa que es! No hace acordar a su rol de "Sexto Sentido" pero acá se supera ampliamente. Otro elemento muy positivo es la crudeza con la que se van mostrando los sucesos. Cuando uno piensa... "no se van a animar a esto...", te sorprenden y te muestran una secuencia salida del mismísimo infierno.
Una película para sufrir con gusto y creer nuevamente en el cine de terror de calidad. Super recomendable.
La historia se centra en una familia disfuncional que a la mirada rápida es como cualquier otra, con la diferencia de que esconde un legado del que resulta difícil escapar. Los 4 personajes principales son exasperantes en su propia forma. Annie (Toni Collette), la madre, es una artista escultora de miniaturas con muchos traumas de haber crecido en la familia en la que se crió, Steve (Gabriel Byrne), su esposo, es el que parece más normalcito de la familia pero con una actitud super pasiva hacia los demás miembros del clan, luego tenemos al hijo más grande, Peter (Alex Wolff), que es un joven que parece tener muy pocas aspiraciones en la vida más que fumarse todo lo que encuentra, y por último la hija menor Charlie (Milly Shapiro), una niña con muchos problemas de sociabilización y de salud. Vendrían a ser una especie de Simpsons de la depresión.
Todo comienza con la muerte de la madre de Annie. A partir de este acontecimiento, se empiezan a suceder una serie de hechos extraños que incluyen muertes de animales, visiones, accidentes fatales y la aparición de algunos personajes extraños que parecen estar vigilando a la familia. Los hechos se van tornando más graves y difíciles de ver a medida que va pasando el metraje hasta que el momento del desenlace final termina siendo una tortura exquisita.
El primer elogio que se le puede hacer a este film es el timing del director para ir llevando al espectador hacia lo más hondo del infierno. La dinámica del film aliena, hipnotiza y mantiene al espectador consumiendo de esta droga infernal que sabe va a darle pesadillas en la noche pero importa... vale la pena el martirio. Las escenas están muy bien concebidas y filmadas, sin grandes efectos especiales pero con mucha vocación. Otro elogio va para las inerpretaciones, sobre todo la de Collette... ufff, ¡qué actriz de terror grosa que es! No hace acordar a su rol de "Sexto Sentido" pero acá se supera ampliamente. Otro elemento muy positivo es la crudeza con la que se van mostrando los sucesos. Cuando uno piensa... "no se van a animar a esto...", te sorprenden y te muestran una secuencia salida del mismísimo infierno.
Una película para sufrir con gusto y creer nuevamente en el cine de terror de calidad. Super recomendable.
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